Parque Lezama



Algo que caracteriza y destaca a Buenos Aires son sus grandes parques y plazas, lo cual resulta un poco contradictorio teniendo en cuenta que la Ciudad cuenta con un déficit importante de espacios verdes. Con 6,2 m2 por habitante, la ciudad está un poco lejos del aconsejable que es de entre 10 a 15 m2 como mínimo.
Pero a pesar de este índice negativo, la ciudad se ha encargado de ir ampliando paulatinamente la cantidad de espacios verdes, tanto es así que en 1995 tan solo había 2,5 m2 por habitante. Sumado a esta ampliación en los espacios verdes, en este último tiempo se ha trabajado bastante en el embellecimiento de parques y plazas, permitiendo un mejor disfrute para quienes deseen visitar estos lugares.
Pero en esta publicación no hablaremos sobre los espacios verdes de la ciudad sino sobre el Parque Lezama. Mas adelante habrá una publicación referida a los parques y plazas en general pero por lo pronto vamos con este viejo parque porteño.
Hoy en día el entorno del parque se encuentra urbanizado, pero si nos remontamos a la época colonial, hacia fines de 1500, esos terrenos terminaban en el río de La Plata, por este motivo, el parque cuenta con pronunciadas barrancas, las cuales le agregan un atractivo particular.  Con el pasar de los años, los terrenos fueron pasando de manos una y otra vez, llegando en 1846 a manos del Inglés Charles Ridgley Horne, quién extendió el predio comprando tierras linderas y construyó una mansión sobre la calle defensa.
Ya en 1857 los terrenos fueron vendidos a quien fuera el último dueño, el terrateniente José Gregorio Lezama quién continuó con la ampliación del predio adquiriendo tierras linderas hasta la actual calle Brasil.
Al siguiente año, funcionó allí un Lazareto durante una gran epidemia de colera que castigó a la ciudad.
Luego de la muerte de Lezama (1889), su viuda, Ángela de Álzaga vendió el predio a la Municipalidad de Buenos Aires en 1894 por un valor simbólico pero con una condición, que las tierras fueran destinadas a un parque público que llevara el nombre de su marido.
Poco después, en 1897, se instaló en la mansión el Museo Histórico Nacional, en el cual se exhiben hoy día, mas de 50.000 piezas relacionadas con la historia Argentina hasta el año 1950.
El parque tiene varias esculturas, monumentos (entre los que se destaca el de Pedro de Mendoza, primer fundador de la ciudad de Buenos Aires), un anfiteatro, un mirador y una fuente. Entre sus esculturas se encuentra el monumento a la cordialidad (actualmente en restauración).
La importancia de las plazas y parques queda reflejada al ver como convergen en él sus ciudadanos. Gente acostada tomando sol, familias disfrutando la tarde, amigos haciendo un picnic, parejas paseando o trabajadores disfrutando al aire libre de su hora de almuerzo es el paisaje habitual de cualquier parque porteño.

El parque es un sitio recomendado para cualquier turista o para quien no lo haya visitado. Es un lugar cercano a Caminito, el estadio de Boca Juniors y el Puente Trasbordador, por lo cual es una visita recomendada para agregar al itinerario de cualquiera que quiera ir a pasear por la zona. Si te gustó esta publicación y/o te fue útil no olvides darle like y  dejar tu comentario. Y, si tienes alguna duda, no dudes en preguntar y trataré de responder a la brevedad! :D Saludirijillos!





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